Es la primera vez que escribo sobre un hecho de este tipo. Regularmente uno lee esos correos que la gente envía, pero les ruego envíen esto a todos sus conocidos, amigos y familiares, para que estén alerta cuando se movilicen en el sector de Arroyo Hondo.
A las 12,30AM de este viernes seis de Enero de 2012, estaba en casa de un amigo en el sector de Arroyo Hondo, a unas cuadras de mi oficina, en un edificio ubicado en la intersección de las calles Wilfredo García Reyes y Bienvenido García Gaultier.
Mientras estaba en el balcón del apartamento, un individuo vestido de uniforme, portando un arma larga y una gorra con las siglas "P.N." se acerca al portón del edificio y pregunta en alta voz si "el vehículo gris que esta parqueado en la calle" era de mi propiedad.
Le pregunto que a que vehículo se refería y que si "pasaba algo". El me describió mi vehículo me afirmo que si, que de hecho "pasaba algo" pero no me decía que era lo que pasaba. Me dice en dos o tres ocasiones que baje para "decirme que es lo que pasa".
Ya sospechoso de la insistencia para que baje de donde me encontraba (en un apartamento detrás de dos portones cerrados), insisto que me diga que es lo que pasa con el vehículo, pero aun no le he confirmado si es o no de mi propiedad.
En un instante aparece otro individuo, vestido del mismo uniforme pero este con una visible insignia de la Policía Nacional en su brazo izquierdo, entonces este me dice que tiene las luces encendidas.
Yo respondo que si, que soy el propietario del vehículo, pero que esas son las luces de estacionamiento, que no hay problema. En este momento el individuo me dice que también tengo una puerta abierta, y me pide directamente que baje para cerrarla.
En este momento yo entro al apartamento, y uno de mis amigos sale al balcón y les dice que no se preocupen, que el vehículo esta asegurado y no hay nada de valor en el, que pueden retirarse. Pero ambos se mantienen con sus uniformes y armas largas, parados en el portón durante 2 o tres minutos, hablando entre ellos en vox baja, como si estuviesen planificando algo.
Durante este rato, mientras observo a mi amigo hablar con ellos desde el balcón, estoy llamando al 911, quienes para mis sorpresa luego e una breve explicación y de pedirme la dirección, me comunicaron con el Palacio de la Policía y me informaron que enviarían una patrulla de inmediato.
Otro de mis amigos, tiene la idea de subir al techo del edificio, desde donde podía tener una vista clara de mi vehículo. Sube y observa a los dos individuos que mueven un motor de color negro, sin encenderlo, y lo estacionan delante de mi vehículo como si estuviesen esperando que bajara.
En uno o dos minutos, los individuos encienden el motor y parten por la calle Wilfredo García Reyes, en dirección Este, hacia la Luis Amiama Tio, hacia el Ensanche La Fe.
Luego que desde el techo mi amigo me confirma que los individuos partieron, esperamos unos minutos y bajamos tres personas, uno de nosotros armado, , y para mi sorpresa de hecho la puerta del conductor de mi vehículo estaba efectivamente abierta. Rápidamente verifique el área y el vehículo, par ver si había alguien dentro. La luz interior estaba encendida y me monté rápidamente y estacione el vehículo dentro del parqueo iluminado del edificio.
Subimos al apartamento, ya en ese momento decepcionados de nosotros mismos, pues habíamos desconfiado de dos agentes de la Policía, que estaban realizando su trabajo, no solo por buscarme para avisarme que tenia una puerta abierta y las luces encendidas, sino que esperaron un rato delante del vehículo para asegurar que bajara, cerrar la puerta y apagara las luces.
Durante unos minutos hablamos sobre la desconfianza en los "pobres policías", que se esfuerzan en hacer un trabajo serio, pero que por la misma situación nosotros como ciudadanos desconfiábamos de ese cuerpo del orden que evidentemente realiza un esfuerzo por limpiar su imagen y hacer su trabajo de una manera digna.
No obstante, mientras conversábamos sobre nuestra infundada desconfianza, recordé que al desmontarme de mi vehículo cuando llegue a casa de mi amigo estaba dudoso de haber cerrado los seguros, y me paré unos segundos en el portón antes de entrar al edificio y presioné varias veces el botón de cierre de seguros hasta asegurarme que las luces pestañaran en dos o tres ocasiones como indicación de que los seguros del carro estaban cerrados.
En caso de haber dejado la puerta del conductor abierta por descuido, la luz interior del vehículo hubiese estado encendida, y desde el ángulo en que me encontraba me hubiese fijado claramente y seguro me hubiese devuelto a verificar la razón por la que las luces interiores estaban encendidas.
En menos de cinco minutos logro ver una patrulla de la Policía, con las centellas encendidas, haciendo rondas en el área. Aun no me muevo del apartamento hasta que veo otra patrulla, también que hace ronda por las calles aledañas en consecutivas rondas. Posteriormente, llegan dos camionetas de la Policía Nacional al edificio, y se estacionan delante del portón, ambas con centellas encendidas y se desmontan unos 8-10 agentes (todo un espectáculo). Ahí decido bajar y me presento, explico la situación, describo las personas que estaban ahí y lo sucedido.
Ellos me preguntan si los individuos se movían en un motor "15" (asumo que el modelo 115), a lo que mi amigo, que estaba en el techo de su edificio y logró verlos moviendo el motor apagado, estacionado delante de mi vehículo, responde que si, que efectivamente ese era el motor en el que andaban los posibles asaltantes. A fin de cuentas, explico varias veces lo sucedido, tanto yo como mis amigos que hablaron con el desde el balcón y el que los vio desde el techo.
Los policías afirman que ya estas personas han realizado "otras cosas" en el área, y me aseguran que seguirán patrullando durante toda la noche hasta "encontrarse con ellos".
Más adelante comprendí el "plot" de los individuos. Mi vehículo es europeo y el sistema de ignición sencillamente no funciona sin la llave electrónica. Asumo que al no encontrar nada de valor – solo unos juguetes que había comprado esa noche para "los reyes" de mi hija- decidieron llevarlo a otro nivel y posiblemente despojarme de la llave personalmente, o secuestrarme o quitarme cualquier articulo de valor que llevara conmigo.
Me dediqué a escribir esto para que lo compartan con todos los que puedan. Pues modestia aparte, me considero una persona bastante perspicaz y en un momento hasta estuve convencido de que yo había actuado mal ante los agentes que querían proteger mis propiedades.
Con esto estoy sugiriendo que si un agente le ordena detenerse o hacerle preguntas se declare en rebeldía con la autoridad, sino que tengan los ojos abiertos y busquen detalles sutiles en los uniformes, las armas, la forma de transporte y la actitud de las personas.
Pídales que se identifiquen, que le digan su nombre y apellido y al destacamento o cuartel al que pertenecen. Utilicen el 911 – que funciona - si su instinto les dice que algo anda mal.
En esta ocasión aunque no los atraparon en el hecho, debo decir que la Policía respondió con rapidez inesperada, enviaron una cantidad de agentes sorprendente, y en ningún momento los agentes que acudieron al llamado ni insinuaron ni pidieron dinero u otras cosas.
Danilo Guzmán